Wednesday, June 15, 2005

Interrogantes

MujerBuho
Y a todo esto… ¿qué sigue? ¿Hacia dónde voy? ¿Soy, estoy, existo?
Qué interrogantes… y pensar que ni siquiera soy original al planteármelas, será acaso que todos los seres humanos de cuando en vez nos topamos con la duda existencial de saber ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿hacia dónde vamos?, ¿cuál es la misión en nuestra vida?
Comenzaré por intentar definirme en un ejercicio que no tengo idea hacia dónde me llevará, pero me propongo resolver para empezar la primera interrogante: ¿Quién soy?
Bueno, me llamo Tania, nací hace 28 años en un puerto del noreste de México, soy mujer (¡a mucha honra!). Soy la mayor de 5 hermanos, la que toca la guitarra, la que escribe poesía (o al menos lo intenta), la que se enamora casi de todo y casi por nada, la que compone canciones cuando la luna o la lluvia se ponen frente a ella y le toca la inspiración.
Soy licenciada en ciencias de la comunicación, tengo maestría en animación por computadora… trabajo en una productora de programas de TV.
Y sin embargo, todo este palabrerío no dice ni una pizca de quién soy… Comenzaré de nuevo: Soy una mujer sensible, que no soporta las injusticias ni la hipocresía, para quien el amor es el motor del mundo, que ansía ser madre algún día, que quisiera que el mundo fuera un poco mejor, sin hambre ni guerras, ni ricos y pobres, ni felices y tristes… ojo, quisiera que todos fueran felices al saberse ricos en amor, en amigos en familia, que no tuvieran hambre ni sed de justicia porque el mundo es un paraíso donde vivir.
Creo que más o menos me voy acercando… está difícil, muy difícil contestar(me).
¿De dónde vengo? Soy fruto del amor entre dos seres humanos que son mis padres, quienes en su juventud se entregaron mutuamente y de esa entrega vine al mundo como un angelito sin alas, a llenar sus vidas de “problemas” y de “satisfacciones”. Eran muy jóvenes cuando se embarcaron en la aventura de la paternidad, pero eso no les quitó ni un ápice de su capacidad para ser los mejores padres del mundo, y tanto les gustó la experiencia, que después de mí, tuvieron otros cuatro hijos. Vengo también del norte y me encuentro en el sur, pero sobre todo vengo de Dios, porque estoy convencida que si Él no lo hubiera deseado, yo no estaría aquí.
¿Hacia dónde voy? Pues como he venido de Dios, espero ir hacia Él, procuro que mi vida se desarrolle por un camino que aunque lleno de guijarros y de acantilados me lleva siempre hacia el bien. Quiero ser luz para otros, pero no LA LUZ, sólo un farito pequeño que les ilumine un poco, sólo un poquito, quiero ser capaz de dar y de darme, y para eso voy hacia donde me llamen.
Procuro tener siempre los oídos abiertos y atentos ante lo que me rodea, pero más que los oídos el corazón, para sentir lo que sienten mis hermanos y para tratar de echarles la mano, o al menos el hombro (si les sirve de consuelo). Voy en el camino a ser esposa y madre, quiero recibir los hijos que Dios me envíe (si es que me envía alguno), quiero ser esa esposa que está dispuesta a luchar hombro con hombro con su marido para sacar adelante su hogar, su familia.
Lo que no sé muy bien aún es ¿cuál es mi misión en esta vida?... espero descubrirla algún día no muy lejano porque en cuanto lo sepa, estaré ya con la meta trazada y con los objetivos puestos para llegar a ser todo lo que se espera de mí.
Y a todo esto, ¿qué sigue? Pues simplemente seguir como diría Ysabel: “en la lucha por la locha pa’la leche de los muchachos”. Seguir viviendo que ante todo es lo más importante, no se vale dejar que la vida pase de largo ante nosotros por miedo a vivirla.
Soy, estoy y existo en este tiempo y en este lugar, porque aquí es donde debo estar y desde aquí espero seguir teniendo la capacidad de amar todo y a todos, porque como he dicho antes, convencida estoy de que nada hay más importante en este mundo que el amor, ya que sin él nada somos y nada podemos dar. Cuando un hombre está vacío, pobre, triste y abandonado, aún puede dar una sonrisa que se contagia y que desata el amor a su alrededor.
Así pues propóngome ir por la calle con una sonrisa en los labios, aunque me digan lunática, aunque piensen que estoy fuera de este mundo, porque estoy convencida de que una sonrisa sincera abre puertas y corazones.
¡Agárrense que ahí les va la mujer sonriente, la poetisa locochona, la niña que vive fuera de este mundo! ¡Agárrense que ahí les voy!

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