Saturday, November 05, 2005

Lo que Wilma nos dejó



Pulsa aquí para ver el video de cómo quedó Cancún después de Wilma
Hace algunos días, el Huracán Wilma, llamado el más terrible de la historia, hizo su aparición por tierras quintanarroenses.
Siempre he dicho que no me siento cancunense ni mucho menos, pero realmente ver una ciudad tan linda tirada cual si hubiera caído una bomba sobre nosotros fue suficiente para impactar mis pupilas y también mi corazón.
Salí con cámara en mano el domingo 23 de octubre por la mañana a recorrer con mi papá el pueblo donde vivimos y también la ciudad. Créanme, no fue nada agradable ver la ciudad inundada, coches flotando, postes y torres de luz tirados como si un gigante hubiera estado jugando a doblarlos a ver hasta dónde resistían.
Por la noche del viernes al sábado los ruidos que hacía el viento al ulular entre los resquicios de ventanas y paredes habrían espantado al más valiente, pues a ratos parecía que había fantasmas entre nosotros, gritos desgarradores, un estado de alerta permanente durante las más de 50 horas que duró el huracán.
Venía con mucha hueva, demasiado despacio a sólo tres kilómetros por hora, y además con vientos de arriba de 200 km/hr, ni siquiera sabía cuánto era eso, lo más que he corrido mi coche es a 140, así que no había manera de medir la fuerza de tanta ventolera.
Nuestra única comunicación con el exterior, un radio a pilas que a veces se negaba a captar ninguna transmisión. Nos quedamos sin luz desde las 2am del viernes 21 y hasta las 7pm del martes 1 de noviembre. Estar sin luz equivale en mi caso a estar sin agua, así que agotamos las reservas del tinaco y de la alberca para bañarnos, lavar los trastes, echarle al baño, etc... Estábamos damnificados.

Más damnificados los que se quedaron sin casa, sin techo, sin bardas, los que sufrieron por los hurtos a sus locales, sin embargo hay algo que no se dañó en absoluto: LA VOLUNTAD.
La Voluntad de levantarnos, salir a la calle o al patio de la casa a limpiar.
La Voluntad de estar de pie y caminar poco a poco hacia un nuevo Cancún esplendoroso.
La Voluntad de no dejar de trabajar aunque nuestros salarios hayan disminuído.
La Voluntad de no dejarnos vencer por una naturaleza caprichosa que no hace sino cobrarse a lo chino los daños que le hemos hecho.
La Voluntad de vivir, y seguir luchando para entre todos ser mejores personas.
La Voluntad de estrechar los lazos familiares, de salir a la calle a conocer a los vecinos y ayudarlos en todo lo que podamos.
La Voluntad en fin, de que se nos vea como un pueblo fuerte, que ha sido golpeado, pero no devastado ni arrancado de sus raíces.
Cancún se levanta, el huracán se ha ido, después de Wilma, el huracán de la solidaridad como lo llamó Monseñor, se hizo presente. De todas partes de la república llegó la ayuda, y ahora agradecemos de corazón a todas las personas que de alguna u otra manera lucharon por ayudarnos a ponernos de pie y a comenzar a andar nuestros primeros pasos.
GRACIAS CFE, EJERCITO, MARINA, GOBIERNO FEDERAL, ESTATAL, MUNICIPAL, PADRES DE FAMILIA, EMPRESARIOS, UNIVERSITARIOS, CRUZ ROJA, Y GRACIAS A TODOS LOS QUE ADEMÁS DE MANDARNOS SU AYUDA HICIERON UNA ORACIÓN PARA PEDIRLE A DIOS POR NUESTRO BIENESTAR.
HOY CANCUN ESTA DE PIE... GRACIAS DE CORAZÓN.

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